miércoles, 28 de marzo de 2012

Tu piensas que la luna estará llena para siempre.


Esos momentos en los que te sientas frente al ordenador, o coges el móvil con la mano y piensas escribir porque es lo que de verdad te apetece en ese momento. Eso está bien, sí. Lo malo es cuando no tienes nada sobre lo que hacerlo; bien porque no estés inspirada, porque en ese momento no sientas nada especial o bien porque ya esté todo dicho. Porque lo único que piensas en escribir al poner tus dedos sobre esas teclas que día a día expresan tus emociones y te conocen mejor que nadie, es en él, y en que le quieres más que a todas las cosas. ¿Qué más da no escribir un texto de ochocientas líneas para explicarlo? ¿Qué más da que en ese día que se supone que es especial te comportes igual, y no le digas nada distinto? ¿Qué importa eso? Que le quiero, eso es lo único importante. Y puedo demostrárselo día a día.

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